16.2.09

Visitas, blogs y obsesión

Alguna vez hemos visto por ahí el intrincado mundo de las visitas a un página de Internet. Que páginas vistas, que visitas permanentes, que páginas sobre visitas. Lo cierto que el mundo de los contadores de visitas se ha vuelto casi indescifrable para el bloguer común. Además, sucede una paradoja: cuando menos entradas más visitas.

En PriXmA observamos una contradicción en esta herramienta cuando utilizábamos en paralelo Webstats4u -devenido en Motigo- y Google Analytics. Como difundimos aquí en su momento, el primero de estos dos contadores fue rechazado por su intromisión y ejecución de ventanas emergentes.

Sólo trabajamos con Google Analytics, confiando en la calidad de los productos desarrollados por el megabuscador. Pero también allí observamos ciertas cosas ilógicas en el conteo.

Suspensiones extrañas, largos períodos sin publicación con exceso de visitantes. Esto marca que, si realmente se quiere vender un blog en la búsqueda de auspiciantes, por ejemplos, puede mostrar las páginas vistas que siempre son muchas más abultadas que las visitas reales.

Pero ese no debe ser el real espacio donde el bloguer/periodista debe basar su prestigio, por estas ambigüedades que marcamos anteriormente. Sino debe poner el acento en la cantidad de links que guían a su bitácoras, la cantidad de comentarios o las relaciones que se han podido establecer gracias al blog.

La obsesión por las visitas no es recomendable. En general ningún tipo de obsesión lo es, pero en el caso puntual de seguir la cantidad de personas que se acercan a leer lo que esbozamos en una página digital, es más perjudicial aun.

Las visitas a una bitácora rozan el papel de lo incierto con lo predecible. Son el agujero negro de la Red, ya sea por su ininteligibilidad a la hora de descifrar su funcionamiento, como su certeza a la hora de apreciar la realidad.

Por consiguiente y si bien renegamos del perfil social de las bitácoras, la interrelación que con ella se consigue es lo que mejor posiciona a un blog. Los números, si son muchos unos seguidos de otros, también son buenos. Definen mejor el contenido de una página Web que cualquier referencia a ella.

Pero si no son tantos, la obsesión es mejor apuntala en intentar ejercer de la mejor manera posible la profesión que se quiere volcar en ellas.

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