16.4.09

Los periodistas se rebelan

Luego del parate de Semana Santa volvimos a la discusión bloguer con un tema urticante: la rebelación de los periodistas. Esta vuelta es con "b", por ende no alude a ningún descubrimiento que los trabajadores de los diarios hayan hecho en las nuevas herramientas. Si no que empezaron a hacerse valer ante sus editores. Hecho que sólo se difundió a través de la Web.

Fue a través de eBlog que descubrimos que los periódicos El Comercial y La Nación han sufrido un boicot de sus periodistas. El primero de estos matutinos tomó la iniciativa ante la negativa del dueño del diario -Francisco De Narváez, diputado peronista disidente, candidato a diputado peronista disidente, empresario y hacedor del mapa de la inseguridad- no llamó a paritarias para dar un aumento al sector.

Según reproduce Leandro Zanoni -autor de eBlog- en la misiva difundida por los colegas del diario La Nación argumentan su protesta en "solidaridad con los compañeros gráficos" y por el despido de 10 periodistas.

Estos signos reflejan un cambio en la acostumbrada pasividad del periodista en la protesta gremial. Oportunamente se señaló aquí la depreciación económica que sufría la actividad periodíastica.

Más aun en un contexto de crisis mundial cuya espiral invertida lleva a que menos diarios se vendan. A esto se suma el proceso de integración de redacciones que viven la mayoría de los periódicos, aunque los casos en conflicto no sean un ejemplo de ello.

Pero sí existe una sobre carga de la actividad de un profesional, que ya no sólo es el "obrero" de la tinta y el papel, sino también del blog, de los especiales multimedia, de los videos para la versión digital, de los podcast, etc., etc.

Tal vez debajo de esa protesta, subyugada existe una rebelación de los periodistas ante este sistema que sumerge a los colegas a trabajar por dos pesos o por un buen sueldo con la condición de estar las 24 horas al pie del cañón.

Culpa de ello también tiene el propio periodista -o mejor dicho el contexto periodístico- que, ante la escasa oferta laboral tomen un trabajo por muy poco. Esta disyuntiva se funda en la todavía áspera discusión si redactar noticias es un oficio o una profesión.

De más está decir que las ediciones de ambos impresos ganó la calle de la misma manera y sus lectores no leyeron en sus páginas los problemas que aquejaban a sus propios periodistas. Sólo a través de las bitácoras se supo de ello. Será porque pocos diarios hacen un mea culpa como lo subrayó alguna vez Martín Caparrós en Crítica.

Lo cierto es que los periodistas se sublevaron y ese puede ser un primer paso para el reposicionamiento de esta tarea, que se transforme en una verdadera profesión y los periodistas adquieran los derechos laborales como todo laburante.

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