9.2.09

Crónica de la muerte de la crónica

Así parece ser. Hace tiempo relatamos cómo los diarios en papel empezaban a reportar la enfermedad que ellos mismos sufrían, aquella que los llevaría a la muerte. Hoy parece que los blogs están empezando a contarla, a través de ingeniosas publicaciones online.
Lo reportó hace un tiempo Infotendencias. Sindicó la genial idea de Newspapers Death Watch -algo así como el "observador de la muerte de los periódicos" en inglés-, una bitácora con diseño original, que da cuenta de aquellas publicaciones en papel que dejan de imprimirse.

Una particular columna titulada "RIP" cuentas la fecha exacta en que algunos diarios ya no se imprimen y ceden ante el imperioso avance de las nuevas tecnologías.

También Infotendencias sindicó un artículo de la prestigiosa revista New Yorker que sentencia "Los diarios están muertos. Hoy se puede leer todo sobre esto online".

En un contexto de diarios que quieren integrar redacciones, de crisis internacional que colabora con la reducción de personal y la desaparición de empresas periodísticas, y el inevitable advenimiento de la digitalización de los medios, ese pareciera ser el destino inevitable.

Sin embargo, existe varias aristas que pueden hacer perdurar a las publicaciones tal como las conocemos hoy. Puede ser a través de una interacción interesante entre lo impreso y lo digital, como lo están haciendo los diarios europeos y algunos de nuestro país.

También, su estructura de columnas exactas y caracteres predeterminados -ni uno más, ni uno menos- puede subsistir a través del papel digital. Sistemas modernos, pero con apariencia antigua puede hacer permanecer este esquema.

No hace mucho sindicamos aquí lo planteado por Orihuela: “Los diarios van a sobrevivir mejorando su producto y explorando soportes alternativos al papel”.

El panorama tiende a ser apocalíptico para la tinta y el papel. Sin embargo, las crisis también pueden dar nacimiento a nuevas estructuras, modelos y estrategias.

Las noticias en papel, tal vez, se refugien en la opinión, la información profunda y el perfil literario de las noticias; mientras que la Red publique la noticia lisa y llana, sin más caracteres que los que describen los datos duros. Un proceso que se puede agudizar ante la crisis.

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