Vuelve el debate de lo que algunos llaman periodismo ciudadano contra el periodismo profesional. Por un lado Darío Gallo trae 10 pasos para el periodismo ciudadano en línea. Y por otro, el blog de Alianzo festeja que "el periodismo profesional le gana la batalla al periodismo ciudadano". Un debate que no tiene mucho sentido.
En su momento, preferimos llamar a quienes publican información (léase videos, fotos o textos) en Internet, como quienes realizan medios sociales. Muchos llaman a esto periodismo ciudadano. Con ese concepto también lo podríamos llamar periodismo amateur.
Alianzo escribió que El Correo Digital, un periódico español, fue el primero en publicar un intento de atentado en Bilbao, y celebra que haya sido antes que un ciudadano común.
Por otro lado, Darío Gallo, publicó los consejos de la Red de Periodistas Internacionales para tener un espacio en la Web, encuadrándose dentro del periodismo ciudadano.
El sentido de la discusión desaparece cuando el objetivo es controlar y denunciar lo que sucede en una democracia. Sea una persona común o un periodista, denunciar a través de video, texto o fotos no es exclusivo de una profesión.
Pero quienes se encargan de transformar un hecho en noticia son los periodistas. Y no sólo porque tienen un medio, sino porque tienen la percepción de qué puede interesarle a la gente. Los ciudadanos ahora tienen medios de publicar gracias a los blogs, a páginas como Flick y YouTube. Pero la infinidad de cosas que allí circulan se transforman en noticia cuando los medios se hacen eco de ello.
Por ende, a la participación ciudadana en la Red -ya sea como fuente informativa o por otros motivos- preferimos llamarlos medios sociales, y consideramos a la denominación "periodismo ciudadano" como antagónica.
Independientemente de ello, como señalamos más arriba, creemos que tanto el periodismo como los medios sociales buscan el mismo fin que es resaltar el valor democrático y republicano de una sociedad.
En su momento, preferimos llamar a quienes publican información (léase videos, fotos o textos) en Internet, como quienes realizan medios sociales. Muchos llaman a esto periodismo ciudadano. Con ese concepto también lo podríamos llamar periodismo amateur.
Alianzo escribió que El Correo Digital, un periódico español, fue el primero en publicar un intento de atentado en Bilbao, y celebra que haya sido antes que un ciudadano común.
Por otro lado, Darío Gallo, publicó los consejos de la Red de Periodistas Internacionales para tener un espacio en la Web, encuadrándose dentro del periodismo ciudadano.
El sentido de la discusión desaparece cuando el objetivo es controlar y denunciar lo que sucede en una democracia. Sea una persona común o un periodista, denunciar a través de video, texto o fotos no es exclusivo de una profesión.
Pero quienes se encargan de transformar un hecho en noticia son los periodistas. Y no sólo porque tienen un medio, sino porque tienen la percepción de qué puede interesarle a la gente. Los ciudadanos ahora tienen medios de publicar gracias a los blogs, a páginas como Flick y YouTube. Pero la infinidad de cosas que allí circulan se transforman en noticia cuando los medios se hacen eco de ello.
Por ende, a la participación ciudadana en la Red -ya sea como fuente informativa o por otros motivos- preferimos llamarlos medios sociales, y consideramos a la denominación "periodismo ciudadano" como antagónica.
Independientemente de ello, como señalamos más arriba, creemos que tanto el periodismo como los medios sociales buscan el mismo fin que es resaltar el valor democrático y republicano de una sociedad.
3 comentarios:
Uhm. Constatamos, pero no festejamos. Más nos gustaría a nosotros que el periodismo ciudadano hubiera funcionado!
Está bien la aclaración. Pero no hubiera estado mal festejar que el periodismo llega primero a la información que los ciudadanos, ¿no? Sería casi un periodismo utópico.
Tal cual y principalmente los blog tienen la posibilidad al no contar con un jefe que le diga que esto si o esto no.De poder profundizar sobre un tema,cosa que en los periodicos tardan un poco por razones politicas o presiones de los que manejan la linea editorial del diario o revista.
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